Muchas veces me he preguntado si los dirigentes opositores en la Argentina son o se hacen.
Creo que, a la vista de los resultados de ayer, ya poco importa saber de dónde proviene el grado de estupidez supina que demuestran en forma creciente.
Nunca hubo un gobierno nacional tan fácil de contrarrestar, tan fácil de desenmascarar.
Nunca existió un rival tan despreciable como el FPV.
Este grupo de ladrones haría relamer de entusiasmo a cualquier dirigente sensato que quisiera mostrarse racional frente a semejante banda de desequilibrados.
Les damos sólo cinco ejemplos de lo que estamos diciendo a nuestros impresentables dirigentes no oficialistas:
1) Estamos frente a un gobierno nacional que logró maniatar a la Justicia, llegando al ridículo que ninguna de las 250 causas por corrupción que soportó y soporta llegaron a juicio oral.
Ergo, ningún juez federal se animó a elevar las denuncias que se suman semana tras semana desde mediados del 2003.
Se limitan a cuasi cómicos sketches donde allanan, citan a declarar y piden medidas de prueba que jamás conducen a ninguna parte.
Todos los funcionarios terminan desincriminados.
2) Con excepción de algunas obras que ya estaban a medio terminar (autopista Rosario-Córdoba, represa de Yaciretá y represa de Caracoles en San Juán) el kirchnerismo no logró materializar ni una sola obra importante, al punto que no puede decir cuál es su construcción pública paradigmática tras ocho años y medio de manejar los mayores presupuestos de la historia argentina.
Ni un gran puente, ni una gran obra hidroeléctrica nueva, ni una sola autopista importante, ni un gran gasoducto, mucho menos si hablamos de viviendas, cuyos fondos terminaron en manos de los Schoklender.
3) Durante estos años K, se multiplicó como nunca el narcotráfico, gracias a que el Estado hizo todo lo posible por favorecerlo al no radarizar sus fronteras, desarmar los grupos de elite que la combatían, no generar ni una sola campaña de prevención, permitir ostensiblemente el lavado de dinero de los narcos y alcanzar los máximo niveles de consumo de cocaína y marihuana del continente, según los más prestigiosos organismo internacionales.
4) Desde mayo del 2003, según estudios de los ex secretarios de energía de la Nación, se fueron de Argentina más de 150 mil millones de dólares en materia de reservas de petróleo y gas.
La operación de "argentinización" de YPF es tan escandalosa que no presenta antecedentes en materia mundial.
Todo esto ocurre sin que, al día de hoy, la Aduana o el Afip coloquen caudalímetros en los oleoductos, ya que los grandes pulpos internacionales pagan a declaración jurada, igual que las mineras que extraen metales preciosos.
5) Todo esto ocurre en medio de un proceso que llevó al máximo histórico la presión tributaria (más de 33 puntos del PBI), lo que le da al estado una suma cercana a los 125 mil millones de dólares para este 2011.
Al no poder avanzar con la resolución 125 para terminar de rapiñar al campo, alientan la inflación que es el impuesto más regresivo y brutal para las clases marginadas del país.
En resumen, el doble de lo que lograba Carlos Menem en el uno a uno, recaudando y dilapidando activos del Estado.
“A dónde fue el dinero”, podrá preguntarse usted.
Simple: subsidios descontrolados por 20 mil millones de dólares anuales; sobreprecios para empresarios amigos; millones de planes prebendarios y populistas; manejo mafioso de miles de millones de pesos para la publicidad oficial, los medios alcahuetes y el Fútbol para Todos.
¿Por qué no hablan de estos temas?
¿Por qué siempre opinan como si fueran meros analistas y no se dedican a las cuestiones de fondo?
No hay nada más fácil que vencer a un kirchnerista en una discusión.
Simplemente, hay que preguntarles cuál es la obra emblemática de ocho años y medio K.
No hay nada más fácil que espantarlos hasta el terror, mostrándole gente en la calle.
Se trata de la kriptonita que lo paraliza, del hecho que les genera un pavor incomparable.
¿Cómo se hace?
Sencillo.
Un mero ejemplo de manual: si el Congreso Nacional no se reúne para aprobar en forma exprés la implementación de boletas únicas para octubre, deberían llamar a un cacerolazo general.
Acorralarlos es poco complicado.
¿Alguno tendrá ganas de llevarlo a la práctica?
Marcelo López Masia