miércoles, 7 de julio de 2010

FÚTBOL Y POLÍTICOS INESCRUPULOSOS: EL CURA FUTBOLERO

Las semifinales del Mundial y el cura de la eliminación

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Dicen que la victoria tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana.

Podríamos aplicar el dicho al cura Fernando Lugo, maestro del cholulaje futbolero, quien durante todo el tiempo que el seleccionado paraguayo de fútbol mantuvo en vilo al país no perdió oportunidad para aparecer embanderándose con los triunfos deportivos albirrojos, aunque no haya contribuido al éxito ni como pasapelotas.

Al parecer, su anuncio de que viajaría para ver las semifinales fue lo que llevó al equipo paraguayo a su definitiva eliminación de la copa del mundo en el duelo contra España, tras una actuación cuyo decoro superó con creces a la que el cura con hijos proporcionó a la investidura presidencial del país.

Es de suponer que también, como en el caso del fracaso en las negociaciones por la soberanía energética - que dijo que conquistaría, para conformarse con una línea de transmisión eléctrica cedida por caridad-, también intente convertir la derrota en otro "éxito" más de su gobierno.

Es que para el inescrupuloso cholulaje futbolero, desde Videla a Fernando Lugo, jamás existió la vergüenza ni el sentido del ridículo.

Una muestra de inescrupulosidad es la que ha llevado a muchos tiranuelos, a intentar aprovecharse de la popularidad y fastuosidad propagandística de los eventos futbolísticos para intentar recuperar una imagen alicaída.

Tal el caso del cura con hijos Fernando Lugo, quien como pocos con sus escándalos que deshonraron la investidura presidencial del país, contribuyó a minar y decaer la autoestima de sus compatriotas, y sin embargo, no pierde oportunidad para subirse al carro de los vencedores cuando sucede algún triunfo deportivo en el cual no tuvo parte, sino que mas bien se logró a pesar de él.

Cholulaje futbolero

El diccionario define al cholulaje como un sustantivo masculino que indica la acción y efecto de cholulear, esto es, disfrutar de acercarse a personas famosas para ser tenido en cuenta por ellas, aunque solo sea momentáneamente (lograr un autógrafo, una foto, un contacto fugaz).

Se habla de un conjunto de cholulos para referirse a personas que disfrutan del contacto efímero con gente famosa, particularmente del mundo del deporte o del espectáculo.

En ocasiones, el cholulaje puede manifestarse para eludir a la mala prensa, y se ha dado con frecuencia en el caso del cura Fernando Lugo, quien apeló en incontables situaciones al cholulaje diversivo para atenuarla.

Una vez más, buscando desesperadamente salir de las constantes malas noticias y escándalos, que son su sello inconfundible, Fernando Lugo aprovecharía su excursión turística a Cancún para visitar al astro de fútbol Salvador Cabañas, a quien instrumentaría inescrupulosamente para sus fines de eludir mediáticamente a la pésima situación política que lo envuelve como presidente.

No será, evidentemente, el “instinto paternal” el que lo llevó a entrevistarse con el célebre deportista, quien recibió un balazo en la cabeza el mes pasado en un centro nocturno.

De haber sido así, hubiéramos conocido al cholulo cura como un padre responsable, capaz de asumir su responsabilidad por las vidas que engendró.

La realidad es que acosado por la amenaza del juicio político, las acusaciones de incapacidad, corrupción y las demandas por paternidad irresponsable, apelando al cholulaje diversivo intentara darse un respiro futbolero, tomando prestada la popularidad del ídolo de la selección nacional paraguaya de fútbol.

No es el cholulaje futbolero un recurso nuevo de los políticos en aprietos, lo hicieron mucho tiempo antes otros gobernantes arbitrarios y usurpadores empedernidos de la representatividad popular y tantos otros dictadores a lo largo de la Historia, pretendieron utilizar la popularidad y publicidad gratuita de este fastuoso acontecimiento en provecho propio.

Nunca en un torneo los errores arbitrales fueron tan controvertidos, nunca el resultado final estuvo tan bajo sospecha, nunca un campeón del Mundo debió tanto su condición a un régimen político.

La misma circunstancia que la dictadura militar argentina aprovechó en 1978, fue capitalizada por el cura con hijos Fernando Lugo cuando Paraguay clasificó pera el Mundial de Sudáfrica.

Sin haber colaborado para el éxito aunque sea usurpador consuetudinario de gestos poco serios, Lugo subió al carro de los vencedores intentando impregnarse de la breve pero intensa gloria deportiva, favorecido por la incapacidad del otrora astro fantasista del fútbol Diego Maradona, para dirigir técnicamente al seleccionado de su país.

Buscando prolongar los minutos usurpados al mérito ajeno, el obsceno demagogo al día siguiente declaró un feriado que le valió más críticas que aplausos.

Visitar al convaleciente Salvador Cabañas para eludir el cerco mediático en torno a sus problemas reales, es apenas una muestra más de lo mucho que Fernando Lugo y los suyos saben sacar partido de tragedias ajenas.

Industriales de las desgracias y miserias, han convertido en un gran negocio la pobreza del Paraguay, embolsando en el breve lapso que llevan administrando el estado comisiones de hasta el 80 por ciento para sus ONG intermediarias.

Reyes Midas del dolor, han demostrado ser capaces de lucrar con la sequía del Chaco, convirtiendo en un gran negocio el estado de emergencia, con la inseguridad, que ha dejado grandes ganancias en el negocio de la compra de armas, con el terremoto de Haití, con los niños de la calle y hasta con los apagones y la falta de agua, que han convertido en más millones de dólares aprobados por el Congreso.

Esto último, justamente, para adquirir transformadores y generadores a diesel, en buena muestra de cómo la soberanía energética se conquista acentuando el colonialismo económico y la dependencia.

El rumbo se revela día a día con más evidencia, demostrando que el 20 de abril el Paraguay se encontraba al borde de un abismo, y decidió dar un paso adelante.

¿Podrían tener intenciones de operar un cambio quienes hacen tan buenos negocios con la situación de miseria y coloniaje, de la que fugazmente intentan sustraernos con el cholulaje diversivo?

El repaso de esta historia de inescrupulosidad política nos demuestra que el tránsito de la gloria deportiva es casi tan breve como la gloria de los hombres.

También que no es el cholulaje futbolero un recurso nuevo de los políticos en aprietos, lo hicieron mucho tiempo antes otros gobernantes arbitrarios y usurpadores empedernidos de la representatividad popular.

Cuando las personas no aprenden las herramientas de juicio y se limitan a seguir sus esperanzas, las semillas de la manipulación política se siembran, decía Stephen Jay Gould, y a nadie viene mejor la sentencia que al cura Fernando Lugo en que la ilusión futbolero se hizo trizas ante la furia española.

Con el fin del sueño, se acabó también el intento desesperado del escandaloso obispo por recuperar con histrionismo demagogos y halagos al favor popular perdido.

Hace pocos días, un senador exhibió una tarjeta roja al cura futbolero en pleno informe presidencial al Congreso, en una actitud premonitoria de lo que vendría.

Para seguir en el campeonato, el cura deberá apelar a logros mucho más palpables que usurpaciones de éxitos ilusorios en los cuales no tiene parte, y que además compromete con su errática conducta.


Luis Agüero Wagner

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