lunes, 21 de junio de 2010

EL FIN DE LA INSTRUCCION MILITAR EN LOS LICEOS

divide a oficialistas y opositores

El Poder Ejecutivo ha encontrado fuertes resistencias a su decisión de poner fin a la instrucción militar en los Liceos dependientes de las fuerzas armadas.

La resolución 228/10 —y la 516/10 que la enmendó—no pasó la prueba de la Comisión de Defensa, donde fue rechazada por todo el arco opositor, desde la Coalición Cívica hasta el Proyecto Sur y del radicalismo al peronismo disidente.

De acuerdo al dictamen emitido por amplia mayoría, un grupo de expertos, legisladores, mandos militares, padres y funcionarios debería ser el encargado de revisar y mejorar los contenidos del controvertido “Plan Liceos 2010”.

Hace cuatro años, Néstor Kirchner propuso la lisa y llana eliminación de esos institutos. El pedido de quien todavía figuraba en la lista de sus amigos, el ex liceísta Julio Cobos, lo disuadió temporariamente, porque Kirchner no abandona sus planes, los posterga .

Por cierto que no es descabellada la idea de darle estado legal a transformaciones que, de todos modos, ya había comenzado a imponer la vida misma en la cultura liceísta:

morigeración de las sanciones disciplinarias, flexibilizació n del cumplimiento de rituales religiosos o la propia irrupción de mujeres en una cofradía que el imaginario ciudadano reservaba a varones duros.

Tampoco está demás reabrir el debate acerca de la vigencia de los Liceos.

La Resolución 228 elude esa discusión, pero cuestiona la existencia de los institutos al despojarlos de su razón de ser y convirtiéndolos, en los hechos, en centros de enseñanza comunes y corrientes.

Es así que, de acuerdo al proyecto del Ministerio de Defensa, el egresado deja de pertenecer a la categoría de “oficial de reserva” para graduarse como “Bachiller Nacional Orientado”; hasta el cuarto año la relación con las armas será teórica ; se suprime el orden cerrado ; la manipulación de armamento se hará durante los seis meses finales del último curso; en las prácticas se dispararán no más de 20 tiros con carabina 22; el régimen de internado pasa a ser voluntario y la cátedra de “Religión” desaparece para ser reemplazada por “Problemáticas Ciudadanas de la Argentina Actual”.

La condición de “reservista” podrá alcanzarse luego del egreso, con 18 años cumplidos, la ratificación expresa del cadete y la realización de un curso ad hoc.

La resolución 516/10 corrigió la 228 y permitió a los alumnos del último año desfilar con carabinas 22, fusiles FAL o Mauser 1909 (descargados) y sumar el FAL a las prácticas de tiro.

La ministro Nilda Garré sostuvo que da así cumplimiento a lo dispuesto en el Protocolo Facultativo de los Derechos del Niño que prohibe la utilización de los menores en conflictos armados.

Los partidarios del statu quo le recordaron que los liceos tienen 70 años de existencia y en ese tiempo los cadetes jamás fueron convocados a filas.

Para que ello ocurriera -dicen- tendrían que agotarse todas las unidades de combate. Los liceístas son ejércitos pasivos, “buenos civiles preparados para la defensa”.

La diputada por la Coalición Cívica, Patricia Bullrich, miembro de la Comisión de Defensa de la Cámara Baja, no ve con malos ojos la totalidad de los replanteos contenidos en la resolución, aunque defiende una reformulación en la que participen todos los sectores interesados.

Agrega que “la materia ‘religión’, por ejemplo, podía haber sido reemplazada por ‘Religiones’.

Eso hubiera dado una visión amplia a los estudiantes y apaciguado las sospechas de que hay una motivación ideológica detrás de esta medida”.
Las autoridades de los Liceos prefirieron mantenerse al margen de la polémica: sus cargos no son concursados y dependen de la gracia ministerial.

La autora del corpus teórico que sirvió de plataforma a la resolución fue la subsecretaria de Formación Militar Sabina Frederic, una joven antropóloga social, ex docente de la Universidad de Quilmes.

Frederic dio una respuesta naïve a las objeciones:

“a tirar con FAL se aprende en diez días” habría contestado a los cadetes y sus familiares “

y no sé por qué dan tanta importancia a la instrucción militar, si el mundo marcha hacia la paz.

Por otra parte, Argentina no tiene hipótesis de conflicto”.

Ambas definiciones —la de un mundo sin violencia y de una Argentina sin hipótesis de conflicto (curiosa opinión ya esbozada por Garré ante la Comisión)- exceden los marcos de la discusión curricular y hacen a una visión estratégica de la defensa.

Más que para diseñar un modelo de fuerzas armadas, los dos supuestos enunciados por Frederic podrían servir de base para fundamentar su inutilidad.

Otra incógnita que surge de la resolución 228 es de dónde saldrán los reservistas, ahora que ya no existe el servicio militar y los Liceos dejan de proveerlos.

Aunque tal vez la pregunta sea puramente retórica si es verdad que de los 60 barcos de la Armada apenas 16 están en posibilidad de navegar, de los 19 aviones de combate de la Aeronáutica sólo 2 se mantienen activos, el poder de fuego total no supera las dos horas y la relación presupuesto de defensa/PBI es igual a la de Surinam.

1 comentario:

  1. El ejército siempre fue defensor del pueblo (salvando algunas actuaciones en particular, por supuesto), el objetivo de estos es eliminarlo hasta que no exista como está ocurriendo y dejar al pueblo totalmente indefenso

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