“4 LARGAS HORAS 4”
En realidá, fueron 3 horas con 48 minutos, apenas.
Pero el título me cerraba mejor así.
¿Se acuerda de aquel “8 GRANDES BAILES 8”?
Yo sí me acuerdo.
Le digo más; como para entonces LA CASA se reservaba el derecho de admisión, y la palabra discriminación apenas formaba parte del patrimonio de algunos intelectuales extremadamente reservados,
¡jamás me dejaron entrar!
Si como dicen los que saben, el tiempo de “atención pleno” que el cerebro dispensa a la recepción de un mensaje, discurso, arenga, etc., es de 15 minutos, habrá que convenir que La Señora estuvo hablando al pedo, durante 3 horas con 33 minutos.
Si a esto le sumamos el hecho de que la mayoría de los presentes estaban para aplaudirla y vivarla dijera lo que dijera, y el resto definitivamente no la escuchó, bien se podría afirmar que habló al dope a lo largo de todo su discurso.
El ridículo, que ya raya en lo insoportable e intolerable, quedó a cargo de la anfitriona, y de esos forros de siempre, a los que esta vez se sumaron algunos otros forritos, encaramados en los palcos cada día más parecidos a los de la cancha de mi Boquita querido…”
¡Y que vuelva Falcioni, que vuelva!”
Y hubo de todo: halagos y críticas.
Los pior inspirados, le achacaron el no haber hecho referencia al chorro que tiene por Vice; a los muertos de la tragedia preanunciada de Once; a alguna que otra medida a tomar por el Gobierno a su cargo, tendiente a que el número de víctimas a manos de la delincuencia criminal no supere las 5 almas por día, y la incontenible inflación que día que pasa se morfa, cual piraña, su salario y el mío.
Fue el discurso más largo de la Historia Argentina, y en horario poco apropiado.
Cuando menos, es esto lo que dice mi vecina, que andaba “trinando” por haberse perdido uno de los tantos programas ligados a la farándula, que habitualmente se emiten en ese largo espacio, a través de los que “una” puede enterarse de las desventuras de Ricardo Fort, las peleas y reconciliaciones de Carmen Barbieri, o el tendal de hijos de Maradona anda dejando por ahí, al mejor estilo D. Justo José de Urquiza.
Lo que mi vecina no supo fue que varios legisladores del oficialismo se mearon sobre sus propias bancas, y otros tantos debieron acudir al servicio de urología que ofrece el Congreso, donde fueron asistidos por los doctores Vergatieza y Astalasguindas, la mayoría de ellos por estallido espontáneo de vejiga.
Ante el mismo servicio, fue presentado el correspondiente certificado médico extendido a nombre del senador Carlos Menem, excusándole de su presentación por reiterados problemas de incontinencia.
Fuentes confiables me aseguran que en cuanto el líder Bolivariano se abrace con el Néstor en el Purgatorio del que no puede zafar, Radio Nacional, en el horario de 09.00 a 21.00, emitirá el programa titulado Aló PresidenTA, a través del que Ud. podrá comunicarse con La Señora, previo ser debidamente identificado, y en tanto se encuentre dispuesto a sostener una respuesta que eventualmente podrá desarrollarse en horita, horita y media.
Pero el título me cerraba mejor así.
¿Se acuerda de aquel “8 GRANDES BAILES 8”?
Yo sí me acuerdo.
Le digo más; como para entonces LA CASA se reservaba el derecho de admisión, y la palabra discriminación apenas formaba parte del patrimonio de algunos intelectuales extremadamente reservados,
¡jamás me dejaron entrar!
Si como dicen los que saben, el tiempo de “atención pleno” que el cerebro dispensa a la recepción de un mensaje, discurso, arenga, etc., es de 15 minutos, habrá que convenir que La Señora estuvo hablando al pedo, durante 3 horas con 33 minutos.
Si a esto le sumamos el hecho de que la mayoría de los presentes estaban para aplaudirla y vivarla dijera lo que dijera, y el resto definitivamente no la escuchó, bien se podría afirmar que habló al dope a lo largo de todo su discurso.
El ridículo, que ya raya en lo insoportable e intolerable, quedó a cargo de la anfitriona, y de esos forros de siempre, a los que esta vez se sumaron algunos otros forritos, encaramados en los palcos cada día más parecidos a los de la cancha de mi Boquita querido…”
¡Y que vuelva Falcioni, que vuelva!”
Y hubo de todo: halagos y críticas.
Los pior inspirados, le achacaron el no haber hecho referencia al chorro que tiene por Vice; a los muertos de la tragedia preanunciada de Once; a alguna que otra medida a tomar por el Gobierno a su cargo, tendiente a que el número de víctimas a manos de la delincuencia criminal no supere las 5 almas por día, y la incontenible inflación que día que pasa se morfa, cual piraña, su salario y el mío.
Fue el discurso más largo de la Historia Argentina, y en horario poco apropiado.
Cuando menos, es esto lo que dice mi vecina, que andaba “trinando” por haberse perdido uno de los tantos programas ligados a la farándula, que habitualmente se emiten en ese largo espacio, a través de los que “una” puede enterarse de las desventuras de Ricardo Fort, las peleas y reconciliaciones de Carmen Barbieri, o el tendal de hijos de Maradona anda dejando por ahí, al mejor estilo D. Justo José de Urquiza.
Lo que mi vecina no supo fue que varios legisladores del oficialismo se mearon sobre sus propias bancas, y otros tantos debieron acudir al servicio de urología que ofrece el Congreso, donde fueron asistidos por los doctores Vergatieza y Astalasguindas, la mayoría de ellos por estallido espontáneo de vejiga.
Ante el mismo servicio, fue presentado el correspondiente certificado médico extendido a nombre del senador Carlos Menem, excusándole de su presentación por reiterados problemas de incontinencia.
Fuentes confiables me aseguran que en cuanto el líder Bolivariano se abrace con el Néstor en el Purgatorio del que no puede zafar, Radio Nacional, en el horario de 09.00 a 21.00, emitirá el programa titulado Aló PresidenTA, a través del que Ud. podrá comunicarse con La Señora, previo ser debidamente identificado, y en tanto se encuentre dispuesto a sostener una respuesta que eventualmente podrá desarrollarse en horita, horita y media.
Ricardo Jorge Pareja
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