Como estaba anunciado, ayer pasó por San Miguel de Tucumán la marcha de los pueblos indígenas (en su mayoría eran mestizos mas que indígenas) quedando en claro que si bien, como es sabido, el Noroeste Argentino profundo no es un reflejo del país blanco como se imagina en otras latitudes a la Argentina, tampoco es afortunado decir que nuestra región es “incaica”, como de un modo totalmente erroneo la definió alguna vez Mariano Grondona.
De hecho, muchos de los participantes de la marcha de ayer no eran indios, sino mestizos que no conservan rasgos tan autóctonos como los auténticos indios que habitan en países hermanos como Bolivia y Perú.
Y podemos decir que tucumanos muy reconocidos y vinculados con el poder, como Mercedes Paz o Julio Miranda, poseen rasgos físicos mucho más indígenas que varios de los marchantes, incluso reforzados éstos en su fisonomía por ch’ullos y ponchos.
Del mismo modo, muchos tucumanos que salían de trabajar y que se desplazaban a pocos metros de la marcha no eran mucho mas europeos ni occidentales que los manifestantes, entre ellos la comunidad supuestamente indígena de Amaicha del Valle que, sostenemos, hay que ser muy generosos para llamarlos indígenas.
A continuación de la comunidad “indígena” de Amaicha, marchaba la facción más llamativa y numerosa, inclusive con rasgos mas aindiados que nuestros comprovincianos de Amaicha: la Organización Barrial Tupac Amaru de Jujuy, liderada por Milagro Salas, persona conocida en Jujuy por haber cometido distintos atropellos con total impunidad.
No deja de sorprendernos que esta organización, a la que no sabemos si calificarla como indigenista, izquierdista, o una mezcla de ambas, tome el nombre de un acaudalado empresario del Cusco colonial, de sangre real y profundamente católico.
Y quedó demostrado que de indios a lo sumo tienen la piel y el cabello “quiscudo”, lo que no es suficiente para ser considerado indígena, puesto que para serlo no basta con la pigmentación, sino también ser herederos de un bagaje cultural que, a no dudarlo, la mayoría de lo integrantes de esta agrupación realmente multitudinaria, no posee.
Estos piqueteros, que para la ocasión iban vestidos de “paisanos” y como bloqueadores de rutas ni de extorsionadores profesionales, mostraron tener un importante nivel organizativo.
De hecho, movilizaron 35 colectivos, lo que significa un gasto económico importante. Al haber una temperatura elevada en esos momentos en Tucumán, muchos de la Tupac Amaru marcharon poncho en mano, luciendo remeras de la organización y, un par de ellos, la camiseta de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, lo que les termina de quitar toda seriedad y los delata, porque muchos de ellos forman parte de un grupo autodenominado “La Banda de la Flaca” (en referencia a su líder Milagro Salas), que integra la barra brava de dicho club, estando enfrentado con otra facción: “Los Marginados – Lobo Sur”.
Este antagonismo quedó evidenciado el año pasado en cancha de San Martín de Tucumán cuando, en el mismísimo y reducido sector reservado para los hinchas jujeños, la Policía debió hacer un cordón para separar a ambos grupos entre la hinchada visitante.
Entonces, nos preguntamos si estos señores son indígenas qollas, piqueteros, o una barra brava. Entonaban ayer en su paso por calle 25 de Mayo cantos con muy poca convicción y ayudados por un megáfono, a diferencia de cómo lo hacen en los partidos de su club, y lo que es peor: cantaban en Castellano.
Al tratarse de supuestos qollas, uno espera que sus cantos o arengas sean en Aymara o en Quechua. Pero no se pudo escuchar ni siquiera el tan conocido “Jallalla”.
Consideramos que esta marcha tuvo una fuerte impronta kirchnerista, toda vez que Milagro Salas, la verborrágica líder de la Tupac Amaru, maneja millones de pesos cedidos por el gobierno prosionista de los Kirchner a su entera discreción, con la complacencia de la Presidente de la Nación, y es muy probable que los gastos de la misma se hayan cubierto con el dinero de los impuestos de los argentinos.
Creemos que más allá de la justicia de algunos reclamos a causa de los atropellos que sufren muchos de estos compatriotas y comunidades del siempre postergado noroeste, como ser el desmonte, al estar liderada la protesta por una mujer aliada con el gobierno entreguista que paga la deuda externa con el hambre de muchos de nuestros compatriotas, esta manifestación carece de coherencia y seriedad.
Consideramos que en muchos sitios de nuestra región, nuestros compatriotas (muchos de ellos mestizos y criollos y en algunos casos indígenas) padecen los atropellos que el Capitalismo mas inhumano provoca, algo que no denuncia y de lo que es cómplice el stablishment que mira aterrorizado el peligroso crecimiento de la cuasi delincuente Milagro Salas, típico emergente de la crisis provocada por políticas antinacionales.
Pero también hay algo que sigue preocupándonos y que constantemente lo decimos: la fragmentación de la población argentina.
Nos preocupa que habiéndonos dividido en descendientes de españoles, italianos, árabes, judíos, etc, ahora se quiera sumar a los indígenas…algo totalmente innecesario, puesto que lo indígena forma parte de nuestra identidad regional a través del mestizaje, ya sea en lo cultural como en lo racial, mal que a muchos les pese.
Es harto peligroso seguir dividiendo a los argentinos, máxime cuando estas divisiones son fomentadas, en muchos casos, desde el exterior.
De hecho, los intentos fragmentarios de los organizadores de la marcha quedan al desnudo en su lema: "Caminando por la verdad hacia un estado plurinacional".
No solo eso.
También, pudimos observar con dolor que portaban las wiphalas tan de moda y que hasta grupos folkloreros las usan sin saber de qué se trata ni qué representan, pero ninguna delegación llevaba la bandera argentina, que es la que nos cobija a todos, sin distingos raciales.
Debemos evitar todo tipo de diversificación política, cultural y espiritual.
Nuestra nación es culturalmente indohispana y el lo religioso católica.
Los indígenas, mestizos y criollos del Noroeste Argentino tienen que comprender que la mejor forma de conservar su cultura y lograr ciertas reivindicaciones, es combatiendo al sistema de partidos políticos, desenmascarando a los vivos que los usan (entre ellos Milagro Salas), como también evitando ser funcionales a la Izquierda sirviente del Poder mundial y rechazando cualquier “ayuda” del extranjero.
Para dejar en claro nuestra posición, reproducimos otro comunicado que difundimos a comienzos de año con el título de NO AL PSEUDO INDIGENISMO SECESIONISTA:
“No conformes con haber dividido a nuestro país religiosa y políticamente, en Tucumán ahora se pretende ahondar las diferencias entre compatriotas mediante las pretendidas comunidades indígenas.
Esto tiene como objetivo separarnos, desde lo legal, entre quienes dicen ser indios y quienes no lo son, lo que puede generar consecuencias nefastas para la paz social en nuestra Provincia, ya de por sí empobrecida por el Capitalismo liberal.
En Tucumán, sí hay mestizos, pero no indios, mas allá de lo que diga nuestra nefasta Constitución.
Y la ínfima cantidad de tucumanos que pudiera considerarse indios puros racialmente, en lo cultural no lo son, ya que evidencian niveles de occidentalización y criollismo irreversibles, mal que ahora les pese, porque décadas atrás, cuando ser indio no era negocio, sólo Raúl Uribio se hacía llamar “indio”.
Los falsos pueblos indígenas de Tucumán, están formadas por mestizos y criollos que, sabedores de los beneficios económicos que pueden generarse a partir del auge de un indigenismo bastante trucho, (nada que ver con el auténtico indigenismo de Bolivia, Perú y Ecuador) han creado todo este verso de las comunidades mal llamadas indígenas, cuya finalidad es, en un futuro no muy lejano, crear microestados dentro de nuestro país.
Esto financiado con dinero del extranjero, como el caso de la comunidad supuestamente india de Quilmes (poco y nada que ver con los verdaderos quilmes que enfrentaron a Alonso de Mercado y Villacorta), que recibió dinero del Banco Mundial en 2002.
De este modo, vemos como en la Patagonia argentina y chilena, tenemos grupos como los pretendidos mapuches, grotesco invento disociador convertido en una grave amenaza para la integridad territorial de ambos estados, al punto que muchos de ellos, no se consideran argentinos ni chilenos, llegando a diseñarse una propia bandera.
Como si fuera poco, existen evidencias que los “mapuches” son financiados desde Inglaterra.
Las culturas indígenas, como la Incaica, a la que perteneció el antiguo Tucumán, pueden hacer grandes aportes en la reconstrucción de una provincia destruida en lo cultural por la Izquierda, arruinada en lo económico por el Liberalismo, y dominada políticamente por el Sionismo, mas esto no significa que debamos tolerar que se nos divida legalmente entre supuestos indios y no indios.
Toda familia tucumana, sin distinción de ningún tipo, merece vivir dignamente, a través del empleo genuino que nuestros gobernantes les niegan, y también tener acceso a una parcela de tierra para criar sus animales o realizar sus plantaciones, pero estamos en contra de que individuos o comunidades disfruten de prerrogativas por su pigmentación o supuesto origen racial.
Tucumano, no te dejes engañar… el Tucumán genuino no es ni indígena ni español.
El auténtico Tucumán, el Tucumán enraizado en los mas profundo de nuestra tierra, es en lo cultural indohispano, y en lo religioso católico”.
Expresamos también nuestro repudio contra las autoridades del Poder Ejecutivo Provincial que, negándose a dialogar con los postergados profesionales de la salud, reciben con todos los honores a Milagro Salas, una apretadora profesional e impune, como testimonian nuestros compatriotas jujeños cada vez que se tiene oportunidad de hablar con ellos, y como ya se la conoce a nivel nacional.
Red Patriotica
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