martes, 18 de enero de 2011

DEL BATALLÓN 601 AL DESMANTELAMIENTO DE LAS FUERZAS ARMADAS

Garré es “Chichita Copello” y no la “Comandante Tere”

En varios sitios de Internet se señala que Nilda Garré, la flamante Ministro de Seguridad, actuó en la guerrilla tucumana con el nombre de guerra de “comandante Tere”.

Esto es totalmente falso, porque nunca tuvo en sus manos un FAL ni menos aún perteneció al Ejército Revolucionario del Pueblo.

Garré era conocida como “Chichita” Copello, por su matrimonio con Roberto Copello.

Se recibió muy joven de abogada y entró a trabajar con la máxima categoría como asesora del entonces Ministro del Interior, Guillermo Borda, de la mano de la hija de éste, María.

Durante la llamada “Revolución Argentina”, trabó relación con el entonces jefe de la SIDE, el general Héctor Señorans. Cuando Borda renunció, lo sucedió el general Francisco Imaz.

Allí Chichita Copello empezó a contactarse con un grupo de nacionalistas católicos integrado por Fernando Abal Medina, Mario Firmenich, Gustavo Ramus y Norma Arrostito.

Posteriormente, éstos fueron teledirigidos por Imaz y Señorans para asesinar el Teniente General Pedro Eugenio Aramburu, operación que llevó el sello de Montoneros.

El grupo estaba a esa altura estrechamente vinculado al cristianismo revolucionario que orientaba el cura colombiano Camilo Torres. Pero antes de eso se habían destacado como devotos nazi-fascistas en el Nacional Buenos Aires.

Viamonte y Callao


Tal vez tanto estar cerca de altos jefes militares y de operaciones de inteligencia hizo que Chichita Copello ingresara finalmente como personal civil de inteligencia (PCI) al Batallón 601, en la calle Callao y Viamonte, sin dejar de asesorar al Ministerio del Interior.

En aquellos tiempos castrenses, la vinculación con los servicios de inteligencia no sufría -como ahora- condena social alguna y era frecuente que gente vinculada a los niveles más altos del poder pidiera ingresar a algún organismo secreto.

La hoy ministro formó también pareja por esta época con Juan Manuel Abal Medina, hermano de Fernando, que cayó muerto en combate en la localidad de William Morris, en el partido actual de Hurlingham.

Gracias a su pareja, Garré fue Diputada Nacional y en 1975 formó el Grupo de los Ocho para apoyar el golpe que se venía para marzo de 1976. Sus relaciones militares le permitieron sin dificultad llevarlo a Juan Manuel Abal Medina a que se exiliara en la embajada de México.

Luego siguió su vida normal y durante todo el proceso nunca fue molestada en lo más mínimo.

Sobre el final de la “sangrienta dictadura de Bignone y Nicolaides”, se infiltró en el entorno de don Vicente Saadi y con él siguió durante el alfonsinismo, del que obtuvo dos registros del automotor que, como todo el mundo sabe, son muy rentables.

A sus íntimos ella les aclaró que los registros eran para asegurar el futuro de sus hijos.

Todo muy loable, si no se tratara de una prebenda para unos pocos privilegiados.

La pregunta del millón es cómo Chichita Copello -como se la conocía en la inteligencia militar- desmanteló las Fuerzas Armadas en los últimos cinco años.

Tal vez fue decisiva en su determinación la influencia de Horacio Verbitsky, quien también era un converso, porque quería borrar su pasado como PCI de la Fuerza Aérea en la época de Onganía y también durante el proceso militar.

Verbitsky orquestó un atentado contra el general Jorge Rafael Videla cuando era Comandante en Jefe del Ejército. Meses después, Videla se convirtió en Presidente de la República y un año más tarde, en marzo del 77, Verbitsky caminaba por la Capital Federal como cualquier hijo de vecino.

La relación entre el fallido atentado, la condición de doble agente de Verbitsky y la protección que tuvo después explicaría todo.
Así es que Chichita Copello le respondió a Verbitsky dejándole manejar el “Veraz” de las Fuerzas Armadas y de Seguridad.

Es decir que él tiene la potestad de decidir quién asciende y quién no.

Pero lo curioso es que Garré, este último año, ascendió a generales a cuatro coroneles de la especialidad de inteligencia -todo un exceso- y promovió como Subjefe del Ejército al general César del Corazón de Jesús Milani, un especialista de esa área que también -caso inédito- retuvo al mismo tiempo la función de Director General de Inteligencia.

Guillermo Cherashny

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