jueves, 25 de noviembre de 2010

TIRANIA DERECHOHUMANISTA

UNA NUEVA VICTORIA
En setiembre realizaron dos sorpresivos procedimientos en Basavilbaso (Entre Rios) por orden del Juzgado Federal de San Isidro en procura de datos genéticos.
Confirmada la paternidad del joven los padres están indignados por lo que sufrieron.

Hace poco más de un mes, efectivos de la Policía Federal realizaron un operativo en las localidades de Basavilbaso y Villa Mantero, Departamento Uruguay, en procura de obtener los datos genéticos de un joven domiciliado en la Ciudad del Riel, para establecer si era hijo de desaparecidos y apropiado durante la última dictadura militar.
El hecho causó asombro en ambas comunidades debido a las características del procedimiento y la reclusión impuesta a Nilda Colman y Juan Andrés Paz, dos personas mayores que fueron obligados a permanecer desde el 29 de setiembre en su domicilio y custodiados por personal policial.
Finalmente, en las últimas horas se corroboraron las afirmaciones del matrimonio Paz y fue confirmada la paternidad biológica de éstos sobre su hijo Gonzalo.
Familiares del matrimonio, e incluso su hijo, destacan que fueron víctimas de un atropello en nombre de los Derechos Humanos.
Como se informara oportunamente, el 29 de setiembre, por orden del Juzgado Federal de San Isidro, se realizaron simultáneamente dos operativos en las localidades mencionadas, en procura de lograr muestras que permitan recabar los datos genéticos de esta familia.
El procedimiento, que fue realizado en el marco de la causa Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo/su denuncia Nº 3.030/09 que se tramita en el Juzgado Federal Nº 1 de San Isidro, a cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado e impulsada por la fiscal Rita Molina, quien también trabaja en la causa sobre la presunta adopción ilegítima por parte de Ernestina Herrera de Noble y contó con la participación de integrantes del Banco Nacional de Datos Genéticos.
El suceso dejó a esta familia perpleja, ya que se accionó de manera llamativa, considerando los involuntarios protagonistas, y bien pudo realizarse de manera menos aparatosa, sin exponerlos ante toda la comunidad.
Nilda Colman y Juan Andrés Paz quedaron en su domicilio con custodia y en condición de detenidos, debiendo esperar los resultados de estos estudios.
Según relató oportunamente la dueña de casa a Riel FM, le dijo al esposo de ir a la plaza a ver qué pasaba porque era feriado, ya que era patrono del pueblo.
“En esos momentos aparecieron dos personas que nos golpearon el vidrio del auto preguntándonos si éramos la familia Paz, a lo que respondimos que sí.
Entonces nos dijeron que había un allanamiento en casa, cosa que nos llamó la atención, y por lo que inmediatamente regresamos.
Había autos de la Policía con las sirenas encendidas y una docena o más personas que nos estaban esperando…
Una vecina nos dijo: “menos mal que vinieron porque querían tirar la puerta abajo”.
LLamé a mi hijo, el mayor, le dije que estábamos con toda la Policía en casa, que no sabía lo que pasaba, y él me informa que en lo de mi otro hijo -Gonzalo- había un procedimiento similar, que lo sacaron del trabajo, como si fuese un ladrón”.
Los efectivos siguieron con el procedimiento y les sacaron sangre, a lo que el matrimonio no se negó en ningún momento, tras lo que les explicaron cuál era el motivo por el que estaban en la casa”.
La madre del joven contó que su hijo Gonzalo reaccionó mal, con bronca e impotencia porque sintió que no era la manera de sacarlo del trabajo como si fuera un ladrón.
“Gracias a Dios el dueño de la empresa lo conoce y sabe qué clase de gente es mi hijo.
Él supo después que lo habían esperado por horas sin dar explicaciones generando dudas sobre la honorabilidad de mi hijo”, señaló Nilda.
Comentarios y vergüenza innecesarios

La mujer se lamentó por los malos momentos que vivió su hijo y los “miles de comentarios infundados que se hicieron contra él.
Se llegó a decir que estaba en la droga.
Hablaron barbaridades, las peores y lo hicieron pasar vergüenza”, indicó.
Al parecer, las sospechas de que su hijo era hijo de desaparecidos sería por el sólo hecho de que su marido Juan Andrés Paz, fue miembro de la Policía Bonaerense de Martínez, de la que es retirado, en la época que nació Gonzalo.
“Hubo alguien, yo me voy a enterar quién es, que hizo una denuncia que marcó el comienzo de todo”, relató la Nilda que recuerda que desde el 29 de setiembre permaneció junto a su esposo en calidad de detenidos en su domicilio de Villa Mantero con custodia policial, sin poder salir ni al médico pese a su estado y lo tenían que hacer con un policía.
“Tengo que agradecer y muchísimo al comisario de Villa Mantero y a su personal que nos trataron con sumo respeto.
Un día, y no sé porqué, flexibilizaron la medida y nos permitían ir a Basso o a Concepción del Uruguay, pero siempre con el policía atrás (en el auto)”, continuó su relato.
Por otra parte, la mujer explicó: “Nos informaron que los ADN había salido con un 99,9% que Gonzalo era hijo nuestro, entonces yo le pregunté al secretario del Juez, que fue el que me llamó,
¿y ahora qué?, ¿qué hacemos con todo lo que nos pasó, las barbaridades que se dijeron, el sufrimiento de nuestro hijo y su familia?
Mi marido y yo somos dos personas grandes, él va a cumplir 80 años, yo tengo 70 y no merecíamos pasar por esto…
Y lo peor es que dándole crédito a la denuncia que se investigaba, Gonzalo debía ser protegido como una víctima y lo que hicieron fue todo lo contrario, lo trataron como un delincuente… fue un atropello en nombre de los Derechos Humanos, ¿y los nuestros?”, se quejó con voz quebrada
Lo aún peor es la poca trascendencia de estos atropellos protagonizados por la troup de los Derechos Humanos y la complicidad por miedo o por coincidencia ideologica de la prensa del Sistema.

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